Para nuestras prácticas de cocina, vale la pena contar con recursos que nos pueden ayudar a darle diferente vida a alguna preparación; ahí entran a figurar las salsas.
La Bechamel es importante, por eso es bueno aprenderla.
Su base: harina, leche y mantequilla o margarina; desde luego, según cantidad requerida:
Como guía:
40 gr de mantequilla
30 gr de harina
½ litro de leche
En una cazuela ponemos a derretir la mantequilla o margarina. Se agrega la harina, se va removiendo y se deja cocer por unos segundos sin dorarla.
El sabor de la harina cruda se pierde al cocerla con la mantequilla.
Se sigue removiendo y se va agregando poco a poco la leche un poco caliente para que se integre bien sin hacer grumos.
Cuando empiece a hervir se deja unos 2 minutos. Se retira del fuego pues es mejor no dejarla cocer mucho. No dejemos de revolver pues es fácil que se pegue.
Es bueno prepararla cuando se va a utilizar, pero si queremos prepararla con tiempo, se pude retirar del fuego, dejarla reposar unos dos minutos y echarle encima unas dos cucharadas de leche, de manera que forme una capa fina encima y evitar que se seque.
En el momento de emplearla se vuelve a poner en el fuego y se remueve hasta que esté bien caliente.